Carlos Mario Villanueva infló nómina con más de mil empleados

El empecinamiento del alcalde Carlos Mario Villanueva Tenorio en mantener una inaceptable nómina obesa en el Ayuntamiento de Othón P. Blanco, a pesar de la advertencia de los regidores de que no había recursos suficientes para mantenerla, es una de las causas principales del desastre financiero municipal.

Villanueva Tenorio recibió el gobierno municipal con alrededor de 2 mil 200 trabajadores, pero en menos de un año la aumentó a 2 mil 900, por lo que, al momento de analizar la cuenta pública de 2011, los regidores cuestionaron que era insostenible mantener este número de personas.

Sin embargo, el presidente municipal siguió incrustando personal en la nómina, por lo que llegó el momento a mediados de 2012 cuando había más de 3 mil personas cobrando sueldos porque supuestamente estaban prestando sus servicios a la Comuna.

En este sentido, es necesario mencionar que fuentes confiables al interior de la Dirección de Recursos Humanos de la comuna confirmaron que, en un punto de esta administración, Carlos Mario Villanueva Tenorio tenía poco más de mil personas incrustadas de más a la nómina, es decir, que el gobierno municipal tuvo más de 3 mil 100 empleados en algún punto durante el año pasado.

De hecho esta información coincide con una declaración realizada por el actual tesorero municipal, Joel Sauri Galué, en el sentido de que a su llegada al Ayuntamiento se encontró con una nómina superior a los 3 mil trabajadores, situación inaceptable para un municipio como Othón P. Blanco.

“A mi llegada a la tesorería, nos encontramos una nómina un poco mayor a 3 mil gentes, lo que era inaceptable tomando en cuenta el presupuesto”.

Por ello, desde la llegada de Sauri Galué en septiembre, hasta la fecha han tramitado más de 550 bajas de la nómina, que se sumarán a otras 500 que se realizarán durante este 2013.

El objetivo, de acuerdo al tesorero, será la reducción del 33 por ciento de personal de la nómina, es decir unas mil personas menos, lo que también confirma que el gasto irracional del presidente municipal llevó a la comuna al desastre financiero.

Por consiguiente, el gobierno municipal enfrenta serios problemas de liquidez para cumplir con los pagos de salarios y prestaciones de la clase trabajadora, lo que ha tenido repercusiones como el reciente paro de labores de los trabajadores sindicalizados tras los atrasos en sus pagos.

El gasto irracional de Carlos Mario Villanueva Tenorio en beneficio de sus recomendados y cientos de personas que ingresó a la nómina para cumplir compromisos políticos, así como la toma de decisiones financieras erróneas al sobreendeudar a la comuna, tienen hoy desahuciado al Ayuntamiento de Othón P. Blanco, que como única salida espera obtener un préstamo de 272 millones de pesos para salir de sus deudas.

Los verdaderos afectados de este problema causado por la incapacidad de Villanueva Tenorio son los ciudadanos que carecen de mejores servicios municipales y los propios trabajadores de la comuna, que no tienen certidumbre sobre sus salarios.

Esta incertidumbre financiera fue provocada porque el presidente municipal infló irresponsablemente la nómina y cometió otros excesos de su administración, como contar con asesores que cobraban 70 mil pesos mensuales
Como se recordará, ante la nómina obesa, el Cabildo se vio obligado a aprobar un nuevo organigrama del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, que desaparece 13 de 17 direcciones generales que existían, dejando sólo cuatro, así como establece la desaparición de 46 puestos de mandos entre direcciones, jefaturas de departamento y coordinaciones.

En reestructuración administrativa también se aprobó la extinción del Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN) por su nulos resultados, el cual fue creado por esta administración a propuesta de Luis Ortiz Cardín, que fue incapaz de hacer al instituto funcional y pretendió renunciar a su cargo como director en meses pasados, sin asumir su responsabilidad.

También se aprobó la extinción del Instituto de la Calidad de Vida (INCAVI), creado por la administración pasada, además de la desaparición del órgano descentralizado de la Funeraria Municipal, por duplicar funciones con una dirección dependiente de la Secretaría General.