Policía de Canún, sin remedio

La Secretaría de Seguridad Pública municipal se resquebraja. A más de un mes de que se dieran los cambios en la policía de Cancún, la corporación del Ayuntamiento Benito Juárez enfrenta el punto más álgido de corrupción interna por las pugnas entre los grupos delictivos que operan en el principal destino turístico.
“Zetas” y “Pelones” han copado por completo a la policía local y eso ha sido fundamental en el incremento de violencia en Cancún, ya que los policías municipales además de informantes y protectores del narcomenudeo, se han convertido en operadores directos de los grupos donde están dados de alta en las conocidas “narconominas”.
El problema es tan grave que la Secretaría General del Ayuntamiento Benito Juárez ha agilizado la solicitud que diera a conocer hace dos semanas el alcalde Julián Ricalde, en el sentido de la intervención de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada, SIEDO.
Lo anterior se debe a que la disputa por el control de la policía municipal se ha elevado por la infiltración de los grupos delictivos como “Zetas” y “Pelones” en los últimos meses.
En primera instancia, se presume que de los 700 elementos operativos que tiene la corporación policíaca, el 70 por ciento – alrededor de 550 a 600 -, están involucrados directamente con la delincuencia organizada.
De esta cifra, en apariencia la mayoría pertenecería al grupo de “Los Zetas”, sin embargo, al interior de la Policía municipal se ha reconocido que desde abril pasado el número de efectivos relacionados con “Los Pelones”, ha aumentado de manera significativa.
Por esta razón, la Secretaría de Seguridad Pública de Cancún se ha convertido en una “bomba de tiempo” para el gobierno municipal, que de manera interna tiene el temor de que se desate la violencia entre policías.
Hasta el momento, el nuevo titular de la dependencia, Jesús Aíza Kaluf, no ha podido establecer el reordenamiento en la corporación, a pesar de tener ya información suficiente sobre como la infiltración de la delincuencia organizada ha ido en aumento. Esta situación se suma a la postura oficial del gobierno municipal, la cual ha estado lejos de ser cierta y cumplida. Al tomar protesta como alcalde, Julián Ricalde Magaña aseguró que habría una "limpia" en la corporación policiaca de Cancún al tomar el mando del gobierno. En su discurso, el alcalde sostenía una y otra vez que era necesario combatir la corrupción.
Sin embargo, por ahora todo eso ha quedado en palabras políticas y promesas demagógicas de las cuales ha habido muchas a lo largo de las últimas tres administraciones municipales del principal destino turístico de México.


La disputa por la zona Norte de Quintana Roo

Cabe recordar que “Los Zetas” y “Los Pelones”, desde años atrás han desatado una guerra entre ellos, en este destino turístico, para apoderarse de la plaza a raíz de las grandes cantidades de dinero que deja en la distribución de cocaína y marihuana.
Para la venta de droga se utilizan antros y discotecas, ubicadas en pleno corazón de la Zona Hotelera, en tanto en la ciudad y bares y cantinas principalmente, los que son permitidos trabajar a horas tardes del amanecer.
Cancún ha sido un punto importante para los narcotraficantes debido que el aeropuerto internacional ha servido de paso para la transportación al Norte del país. Al menos hay que recordar el caso reciente de Carlos Enrique Osorio Téyer “El Charly Osorio”, propietario de varios antros, entre ellos, "El Néctar”, quien bajo complicidad de un suboficial de la Policía Federal Preventiva adscrito en el aeropuerto intentó distribuir 55 kilos de cocaína en el estado de Miami, Florida.
Bajo este contexto, con motivo de la entrada de células delictivas dedicadas al crimen organizado y al narcotráfico, así como el aumento de adicciones en las principales ciudades como Cancún, Chetumal y Riviera Maya, la entidad con mayor potencial económico en México se encuentra a un solo paso de entrar a una esfera donde las leyes no importan, y en donde la impunidad y corrupción son las que gobiernan.
Lo dicho anteriormente forma parte de las conclusiones encontradas en distintos puntos de la sociedad quintanarroense, donde ya se percibe el riesgo de tener a Quintana Roo como un narco-estado.
Nunca como ahora, Quintana Roo había padecido la presencia de grupos de la delincuencia enfocados principalmente al narcotráfico. Actualmente, no hay punto de la geografía estatal donde no existan narcotienditas o expendios de drogas.
Los mejores ejemplos de lo anterior son Cancún y la Riviera Maya. En estos dos lugares hay una guerra por la plaza entre “Pelones” y “Zetas”, grupos antagónicos de la delincuencia.
Los “Pelones” dirigidos por Joaquín el “Chapo” Guzmán han llegado para hacerse del control de la plaza una vez más y dejar de lado a los sicarios de “Los Zetas”, núcleo ya separado del Cártel del Golfo.
Este enfrentamiento ha dejado más de 50 asesinatos en lo que va del año. En algunos casos se ha tomado la vida de personas ajenas al conflicto producto de la guerra de plomo establecida en la plaza.
Y a estos dos grupos, ahora hay que sumarle la presencia y llegada de la “Familia Michoacana”; un grupo que, ante la disputa por Quintana Roo de parte de dos grupos rivales, ha aprovechado esta coyuntura para establecerse.