Hermetismo total en la Policía Turística, donde ni los mismos elementos de la corporación saben a ciencia cierta qué es lo que está pasando; sin embargo, todo parece indicar que el alcalde Julián Ricalde Magaña paró los pies al secretario de Seguridad Pública municipal, Jesús Aiza Kaluf y le ordenó regresar a la base en la ciudad, motivo por el cual en estos momentos no hay un comandante responsable de la Turística, toda vez que Guillermo Hernández Flores se encuentra en la delegación de Bonfil, sector que no pertenece al de la zona hotelera.

POR ESTO! de Quintana Roo se acercó a la base de la Policía Turística en el kilómetro 12.5 de la zona hotelera con objeto de averiguar si era cierto que Aiza Kaluf se “mudó” a estas oficinas y, en su caso, intentar obtener una entrevista con el funcionario policial.

Al preguntar por el secretario municipal de Seguridad Pública, Tránsito y Bomberos, el personal de barandilla aseguró que no se encontraba en las instalaciones, en las que, por cierto, se respiraba un enrarecido ambiente y se observó la presencia de al menos un par de personas vestidas de civil que portaban radios de comunicación.

Se consultó entre los elementos presentes y la respuesta fue la misma: nadie sabía a ciencia cierta lo que estaba sucediendo; por más que se intentó, este rotativo tropezó con un muro de silencio.

Lo único que se pudo confirmar es que el comandante Guillermo Hernández Flores, que a efectos legales continúa fungiendo como titular de la Policía Turística, fue designado a la delegación de Alfredo V. Bonfil por el mismo secretario Aiza Kaluf, quien al parecer consideró que era la única manera de deshacerse del director de la dependencia en la zona hotelera para que él pudiera ocupar sus oficinas sin haber consultado siquiera al alcalde Julián Ricalde Magaña.

Es curioso que Jesús Aiza Kaluf haya enviado a Hernández Flores a Bonfil sin haberlo relevado previamente de su cargo como director de la Policía Turística, cuando la delegación pertenece a otro sector distinto de la zona hotelera.

Dicen las malas lenguas que el secretario de Seguridad Pública, Tránsito y Bomberos se molestó por una nota periodística en la que se manejaba que los narcomenudistas venden droga ante la nariz de los elementos de la Turística, lo que ocasionó el furor de Aiza Kaluf, quien desde ese momento empezó a planear su jugada para despachar los asuntos de la ciudad y de la zona hotelera desde la base en el área de playas y, como “premio”, llevarse consigo a Francisco Cundapi Pérez, señalado por sus nexos con el crimen organizado, con el cargo de coordinador operativo.