Aun cuando la fecha límite para comprobar los gastos de la primera mitad del mes de septiembre fue el pasado viernes 23 del mismo mes, a la fecha el ex administrador del Hospital Integral, Adrián García Povedano, no ha podido acreditar los más de 40 mil pesos que fueron utilizados durante la última semana de su gestión, motivo por el cual éste solicitó una prórroga, a fin de tratar de comprobar los gastos generados.

De manera extraoficial se informó que a casi dos semanas de que se venciera el plazo para comprobar los gastos generados y aplicados durante los primeros días de septiembre, hasta el momento la Contraloría del Estado sigue sin poder aprobar o rechazar dichos movimientos financieros, pues el ex administrador no ha presentado su informe de gastos.

Cabe recordar que el Hospital Integral cuenta con un presupuesto mensual de 50 mil pesos para ser aplicados a gastos operativos, de los cuales antes de concluir los primeros 15 días del mes de septiembre ya habían sido utilizados casi la totalidad del presupuesto, ya que luego de su remoción, éste sólo tenía en caja un monto inferior a los 10 mil pesos, lo que difícilmente alcanzaría para concluir el mes.

Derivado de esta situación, García Povedano, todavía este lunes solicitó una prórroga, de tal manera que la entrega de la comprobación demorará unos días más.

La destitución de este ex funcionario isleño, pese a ser sorpresiva, fue también esperada por muchos que sabían de los tejes y manejes de los negocios turbios que realizaba utilizando el nombre del nosocomio, entre lo más sonado destaca la expedición de tarjetas de salud a diferentes manejadores de alimentos, así como a sexoservidoras, quienes sin realizarse los exámenes médicos correspondiente, podían contar con su tarjeta, pero no sin antes un previo pago.

Entre otras irregularidades, circula que mientras el formato de tarjetas de salud ya es distinto pues ahora es una tarjeta pequeña, García Povedano tenía cerca de 8 mil tarjetas del antiguo formato (grande), mismas que eran expendidas a diestra y siniestra, claro, sin que la autoridad tuviera conocimiento de estos hechos, por lo que tenía convertida la administración del Hospital Integral en su minita de oro.