Q. Roo sin capacidad para enfrentar desastres climáticos o sanitarios: BID

A pesar de que el estado ha librado los impactos meteorológicos que se han presentado en los últimos años, las conclusiones del estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Programa DN3 Empresarial, que impulsa el sector del Consejo Coordinador Empresarial del Caribe, concluyen que Quintana Roo carece de infraestructura y de políticas de prevención para enfrentar los desastres naturales; y ejemplo de ello, es la crisis que hoy se vive en salud con el problema del dengue o la falta de un rampa pública para la salida emergente de embarcaciones del sistema lagunar Nichupté.

Francisco Córdova Lira, indicó que el estudio presentado hace unos días, muestra una clara falta de infraestructura y políticas de prevención para enfrentar los desastres naturales, llámese huracanes o control de epidemias.

Ejemplo de ello, refirió que aunque existe voluntad política para frenar ahora el problema del dengue hemorrágico que se está enfrentando, lo cierto es que son acciones que se realizan cuando se presenta el problema, pero no se ven planes de prevención previo a las lluvias y en ello el Sistema de Salud Quintanarroense debería atenderlo directamente, pues aunque los esfuerzos a nivel municipal se hacen, a nivel estatal no se ve con claridad un plan de prevención.

El estudio, que se realizó en Quintana Roo y que contempla cuatro sectores donde se califican 55 indicadores, refleja una política de prevención baja en todos los niveles, lo que se agrava cuando el estado es identificado como la región que enfrenta la mayor repercusión económica frente a los desastres naturales, dada su vocación turística, siendo que ocupa el 29avo lugar del país en cuanto a los eventos naturales que se registran.

Muestra de ello, es lo que ha sucedido luego del paso del huracán Wilma o la contingencia sanitaria de la influenza que se decretó en México y que para el sector empresarial fue sumamente dañina porque paralizó a todos los sectores productivos del estado.

El líder empresarial indicó que sin duda, esta política de prevención es responsabilidad del Gobierno del Estado y la Federación, quien tiene que generar estos instrumentos no sólo de reacción, sino de prevención para evitar mayor desastre y ahorrar gastos que se generan cuando se tiene el problema encima.

En ello, no sólo se identifican carencias en programas de prevención como salud, sino también en infraestructura y programas de acción previos a una contingencia, como lo son la falta de una rampa pública para la salida de embarcaciones del sistema lagunar Nichupté.
No es posible, dijo, que hasta ahora no se cuente con este tipo de infraestructura en el destino, cuando se tiene una industria náutica activa y sola vía de comunicación.

Así también comentó otro caso como el que enfrentan los pescadores de langosta, que carecen de un plan previo para recolectar a tiempo las trampas y equipos de captura de langosta, mismos que se pierden en caso de huracán y que terminan paralizando a este sector productivo.

De frente a estos resultados, el sector empresarial del Caribe estará promoviendo en los próximos meses un foro de prevención de desastres naturales, para que Quintana Roo pueda generar estos programas de prevención y proyectos de infraestructura que disminuyan los impactos tanto físicos como económicos en la región.

En este foro se pretende incluir a estados como Yucatán, Campeche y Tabasco, cuyas economías están ligadas y se puede contribuir también en su política de prevención con el estudio realizado.

En el caso de Quintana Roo, informó que dentro del plan DN-3 empresarial, fueron 150 empresas las que recibieron capacitación para enfrentar este tipo de fenómenos, prevenir y reactivar; sin embargo, es importante que también se tengan planes de prevención institucionales que permitan reactivar la economía turística inmediata a un fenómeno meteorológico.


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